Hoy en día, el impacto medioambiental de nuestras decisiones de consumo es más evidente que nunca. La conciencia ecológica crece a pasos agigantados, y cada vez más personas revisan sus hábitos cotidianos para reducir su huella. En 2018, un estudio publicado por la revista Science afirmó que algunos bienes de consumo como champús y jabones eran casi tan contaminantes como los automóviles. Por ello, apostar por productos con menor impacto al medioambiente, reducir residuos o utilizar cosmética natural se ha convertido en una prioridad para quienes quieren cuidar de sí mismos sin dañar el planeta.
En este contexto, muchas veces surgen dudas sobre si ciertos productos pueden realmente ser sostenibles. Los productos sólidos siempre han sido asociados con un mayor cuidado del medioambiente, mientras que existe la falsa creencia de que otros formatos —como los líquidos— no son tan respetuosos con el planeta. Sin embargo, esa afirmación no es cierta. Que un producto sea o no sostenible no depende del formato, sino en la forma en la que se diseña, crea y produce.
Champú líquido Vs champú sólido: ¿Qué implica cada formato?
Los champús sólidos han ganado popularidad como una opción sostenible, y no es casualidad. Su formato sin agua permite que estén altamente concentrados, lo que hace que duren mucho tiempo y evita el uso de conservantes sintéticos. Además, al no necesitar envases plásticos y poder presentarse en cajas reciclables o compostables, contribuyen a una importante reducción de residuos. No obstante, todo esto no significa que el champú líquido no pueda ser también una opción sostenible. La clave está en cómo se formula, qué ingredientes se eligen, cómo se envasa y cómo se utiliza.
Un champú líquido puede ser igualmente correcto para la protección del planeta si se formula, produce y distribuye con criterios que respeten el medioambiente. Si ambos formatos están fabricados de esta manera y cumplen con estos requisitos, las diferencias se reducen únicamente al uso del agua y a la forma del producto. También cabe destacar que, de manera errónea, muchas veces se asocia el formato líquido con el uso de plásticos, pero existen opciones para envasar champús líquidos que no utilizan este material.
Envases responsables y fórmulas respetuosas
Aunque ya hemos explicado que ambos formatos pueden ser igualmente sostenibles, tienen diferencias. La primera y más visible es el envase. Los productos sólidos se caracterizan por ser biodegradables, presentarse en formato de pastilla y con cajas reciclables. Por el otro lado están los champús líquidos. Aunque tradicionalmente siempre se presentaban en botellas de plástico, están empezando a surgir alternativas que los convierten en una opción que respeta el medioambiente: vidrio reciclado, aluminio o con sistemas de recarga que permiten utilizar el bote una y otra vez, reduciendo así el desperdicio.
Con respecto a la usabilidad, hay que recordar que la sostenibilidad también se encuentra en la manera en la que utilizamos el producto. Elegir un champú natural, ya sea sólido o líquido, mejora la salud capilar. Además, al cuidar el cuero cabelludo con fórmulas suaves, se puede espaciar la frecuencia de lavado y prolongar el cuidado del cabello de forma natural.
La importancia de los ingredientes
Conocer los ingredientes de los productos que te aplicas en el pelo resulta muy importante a la hora de preservar la salud. Los champús tradicionales contienen sustancias tóxicas para el cuerpo, como sulfatos agresivos, siliconas o conservantes controvertidos. Los champús naturales, ya sean sólidos o líquidos, están formulados a base de activos altamente efectivos que respetan tanto la salud como el entorno.
Aunque la producción de forma natural se suele asociar a los sólidos únicamente, existen champús líquidos que están formulados con ingredientes naturales, biodegradables y tecnología botánica avanzada para no comprometer la salud.
El pensamiento de que sólido es igual a sostenible y líquido es igual a contaminante, está equivocado. Un champú será sostenible si está formulado de manera respetuosa con el medioambiente, creado a base de activos naturales y prioriza la salud de nuestro cabello. Dentro de esa descripción, su formato no está especificado, y no hay ninguna razón que lo limite a uno u otro.
El formato no debería ser el factor determinante a la hora de elegir si un producto es sostenible o no. Lo que realmente importa son los valores detrás de su fabricación: el origen de los ingredientes, la transparencia en la producción, el tipo de envase y, por supuesto, su eficacia y compatibilidad con tu tipo de cabello. Sin embargo, es verdad que cuantas más opciones existan, más alta será la probabilidad de que nuevas personas den el paso a utilizar una cosmética más respetuosa. La diferencia no está en si es una pastilla o un gel, sino en los ingredientes que lleva y en el compromiso que hay detrás para cuidar de ti y del planeta.
¿Es posible un champú líquido sostenible?
La respuesta es sí. Aunque el formato sólido sigue siendo una opción excelente para proteger tu salud y el medioambiente, el champú líquido también puede ser sostenible y respetuoso si está bien formulado y diseñado. En Banbu trabajamos para ofrecer productos eficaces, saludables y responsables en cualquier formato. Por eso, hemos desarrollado unos nuevos champús líquidos que son respetuosos con el medioambiente, sin dejar de proteger tu salud. La cosmética que usamos no solo debería respetar tu piel y cabello, sino también el entorno que todos compartimos.