Plástico, plástico y más plástico. Esta es la realidad de nuestros mares y océanos. Y es que el 80% de la basura que habita en ellos se compone de plástico. Entre ellos abundan los envases de un solo uso, las bolsas y todo tipo de artículos, a cada cual más innecesario. Hoy es el día mundial de los océanos y queremos dar visibilidad a una problemática, que se está haciendo cada vez más evidente, pero de la que aún no somos plenamente conscientes. La fabricación y el uso indiscriminado de plástico continúa dejando un legado devastador que compromete seriamente el ecosistema.
Inconscientemente continuamos consumiendo plásticos de un solo uso sin pensar más allá, pero ¿qué ocurre verdaderamente con ellos? La realidad es que, lo hemos normalizado. Hemos normalizado comprar con el piloto automático, de manera rápida , ‘’cómoda’’ y fácil. Hemos inundado nuestra ducha de plásticos, como si una vez depositado en el contenedor amarillo el problema desapareciese.
El 79% de todo el plástico que se consume en el planeta, que se dice poco, acaba en vertederos, incineradoras o en el peor de los casos en el medioambiente, siendo los océanos los principales destinatarios de los mismos. Los océanos ocupan el 70% del planeta, de los cuales menos del 3% se encuentran protegidos. Esto sumado al aumento de temperaturas, la acidificación, la eutrofización, la pesca y la creciente contaminación generada por el alto impacto de plásticos de un solo uso entre otros, suponen un gran problema medioambiental con devastadoras consecuencias.
En este artículo, repasamos las claves fundamentales para comprender la problemática y ofrecer soluciones eficientes que como consumidores debemos empezar a plantearnos.
El reciclaje de plástico, la gran mentira
La cultura del usar y tirar nos ha educado omitiendo el problema y planteando parches cortoplacistas que ofrecen ‘’soluciones a medias’’. Una de las soluciones más populares que cuenta con un gran número de adeptos y detractores es el reciclaje. Pese a que en rasgos generales cuenta con grandes beneficios, hay grandes excepciones como ocurre con el plástico, uno de los materiales más polémicos de los últimos tiempos.
Cuando se trata de este material, los eslabones de la cadena se rompen y la eficiencia desaparece para convertirse en un problema tangible con nombre y apellidos. Tan solo el 9% del plástico producido y consumido a nivel mundial se termina reciclando. El otro elevado porcentaje de ellos no corre esa suerte, y termina teniendo un impacto negativo en el entorno. Se calcula que los mares y océanos reciben 12 millones de toneladas de plástico al año.
Vertedero de plástico con envases de un solo uso que NO serán reciclados
Si a todo esto le sumamos el hecho de que tan solo 4 tipos de plástico de todos los existentes en el mercado acaban reciclándose, y un 80% de la basura de los mares es plástico nos encontramos ante una cifra abrumadora, que siembra la duda sobre la verdadera eficiencia de dicho proceso:
- De todos los envases de plástico de un solo uso consumidos a nivel mundial, solo un 25% termina reciclándose.
- Muchos envases elaborados en PET de colores son descartados, al igual que ocurre con todos aquellos de menor tamaño.
- Las crecientes dificultades en el proceso de separación y clasificación llevan a descartar lotes aptos para el reciclaje.
- La baja rentabilidad de este proceso hace que resulte más jugosa la idea de explotar materia virgen.
- Pérdida de calidad o downcycling. El plástico a diferencia de otros materiales cuando es reciclado pierde la calidad inicial imposibilitando ser reciclado más de una vez.
El cambio climático y los plásticos en los océanos
Recordemos que el 79% de los residuos plásticos acaban en el medioambiente, nos encontramos ante una alarmante cifra que vaticina la peor de las amenazas medioambientales. Esta situación sumada al consumo indiscriminado de plástico y a su masiva producción (España es el cuarto país de la Unión Europea que más plástico produce) pone en jaque nuestro ecosistema, advirtiéndonos de una amenaza cada vez más tangible en nuestras costas.
Los vertidos deliberados y las diversas condiciones meteorológicas como el viento y las tormentas, aceleran el desplazamiento de residuos plásticos hacia los mares y océanos. Cuando estos residuos acaban en el fondo marino pueden tardar cientos de años en degradarse, un proceso largo que dependerá de sus características, las profundidades a las que se encuentren y sus consecuentes condiciones ambientales.
Pero tan solo somos conscientes del 15% de los plásticos superficiales que hay en estos. ¿Te has parado a pensar en que se oculta en las profundidades de los océanos? Muchos residuos llegan a sumergirse en el fondo marino, pudiendo llegar a encontrarse plásticos a 10.000 metros de profundidad. Este hecho retrasa considerablemente el proceso de degradación.
Sopas de plástico, una catástrofe ambiental sin precedentes.
Pero no solo los plásticos de grandes dimensiones suponen una importante amenaza, también lo son los microplásticos. Estos son pequeños plásticos de menos de 5mm que son producto de la degradación de los plásticos de mayor tamaño. En muchas ocasiones estos microplásticos se encuentran presentes en los cosméticos que de manera habitual utilizamos como exfoliantes corporales y pastas de dientes, desembocando en mares y océanos.
Este problema no acaba aquí, puesto que estos ‘’inofensivos plásticos de pequeñas dimensiones’’ no son biodegradables. Esto supone un alto riesgo para las especies marinas, ya que estos mini plásticos atraen toxinas y bacterias que se adhieren a la superficie brillante de los plásticos y los animales los confunden con alimento, acabando así en la cadena trófica. Innumerables especies marinas los confunden con alimento y acaban ingiriéndolos poniendo en riesgo tanto su salud como la de los futuros consumidores.
Microplásticos en las playas, una amenaza ''invisible''
El consumo sostenible una poderosa herramienta de cambio
Seguramente llegados a este punto del artículo estas empezando a comprender que se necesitan métodos más efectivos que atajen los problemas de raíz y ofrezcan soluciones reales. El consumismo se ha instaurado en nuestra sociedad con graves consecuencias para el planeta. Y la única solución es evolucionar hacia un consumo sostenible que elimine de la ecuación los plásticos de un solo uso.
La urgencia actual se encuentra en cambiar la manera en la que consumimos hacia una más conectada con las necesidades del planeta. Todo comienza cuando eres consciente del verdadero impacto que genera el consumo, y decides valorar opciones más sostenibles. Esto implica un proceso de búsqueda con muchas opciones disponibles.
Puedes comenzar con acciones simples como estas:
- Cuando realices una compra opta por opciones a granel que evitan el consumo de productos sobre envasados.
- Apuesta por la moda circular, el alquiler de ropa o la ropa de segunda mano. Son opciones eficientes que regalan segundas oportunidades sin necesidad de adquirir un producto ‘’nuevo’’.
- Busca marcas sostenibles que realicen una producción ética que tenga en cuenta el medioambiente y la eficiencia en la utilización de los recursos.
- Valora otras opciones menos ‘’cómodas’’ pero más saludables y ecológicas que puedas empezar a incorporar en tu rutina diaria..
- Realiza una transición escalonada hacía la cosmética sólida. Este tipo de cosméticos además de utilizar un porcentaje menor de agua evitan los envases de plástico. Suponiendo un gran avance para la sociedad.
- Evita cosméticos con microplásticos, lee con detenimiento los INCIS de los cosméticos para evitar que estos sorteen los sistemas de filtrado.
Un pequeño gesto puede cambiarlo todo si más mentes despiertas deciden dar el paso. Recuerda: Empieza cuando consumes y termina en los océanos. ¡Firma la petición de Greenpeace para proteger los océanos!