A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Constantemente estamos llamándolas por lo que creemos entender e identificar. Al igual que reposar no es lo mismo que hacer la digestión, un desodorante no es lo mismo que un antitranspirante. Aunque es normal que confundamos el sudor con el mal olor, no son algo que podamos equiparar. El desodorante neutraliza el olor que desprendemos con las bacterias que crecen en nuestra piel, mientras que el antitranspirante lo que hace es regular la humedad producida en las axilas para controlar el sudor.
Desodorantes: Neutralizando el Olor
Como hemos comentado antes, los desodorantes están diseñados principalmente para neutralizar el olor corporal causado por el crecimiento bacteriano en la piel. ¿Cómo lo hacen? Contienen ingredientes antimicrobianos que inhiben el crecimiento de bacterias en la piel, reduciendo así el olor asociado con la descomposición bacteriana del sudor. Esencialmente, los desodorantes combaten el problema en su origen, manteniéndote fresco y con confianza durante todo el día.
La ventaja de los desodorantes es que no obstruyen los poros ni interfieren con el proceso de transpiración natural del cuerpo. Esto significa que permiten que el sudor se libere de manera normal a través de los poros de la piel, lo que es esencial para regular la temperatura corporal y eliminar toxinas.
Antitranspirantes: Reduciendo la Sudoración
Por otro lado, los antitranspirantes están diseñados para reducir la cantidad de sudor que se produce. ¿Cómo lo logran? Conteniendo sales de aluminio u otros compuestos que forman tapones temporales en los conductos de las glándulas sudoríparas. Estos los bloquean temporalmente, reduciendo la cantidad de sudor que se libera a la superficie de la piel.
Es decir, impide una de las funciones fisiológicas del cuerpo: la sudoración. Esencial para eliminar toxinas y los contaminantes ambientales que se nos acumulan en el organismo. Esto puede tener consecuencias a corto, medio y largo plazo como enfermedades autoinmunes, alergias, inflamación crónica… etc. Un sinfín de posibilidades.
“¿Qué es mejor?”
Realmente no hay nada peor que lo otro. Lo que queda claro es que la pregunta importante es: ¿mejor sudar o no sudar? Desde luego que mejor que no sudar es dejar que tu cuerpo siga su curso natural. El principal error está en que no somos conscientes de todo el trabajo que hay detrás de él.
Es primordial conocer que sudar es una de las tareas de eliminación de toxinas de nuestro cuerpo, y no por ello debemos oler mal. Según la profesora de dermatología de la Universidad de California, Nina Botto, “las personas tienen fuertes preferencias y sensibilidades para oler. La gente, desde el principio de los tiempos, ha usado perfumes o colonias para enmascarar el olor”, pero no por ello viviremos más o mejor.
Entonces, ¿es mejor eliminar el olor?
Bueno, depende, incluso el olor de nuestro sudor tiene una función. Primero que todo, el olor del sudor tendría más que ver con las sales y proteínas que producimos, que con lo que olemos cuando estamos en un gimnasio o en una zona de tránsito con muchas personas.
De hecho, a día de hoy se está estudiando el impacto que tiene el sudor de otras personas en nuestra percepción psicológica. Un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) evidenció la disminución de la ansiedad social en personas que eran expuestas al sudor de otras mientras recibían tratamiento psicológico. Todavía no hay ninguna relación entre el estado anímico de a las que les fue recogido el sudor con lo que percibió la diagnosticada con ansiedad social.
De cierta manera, hay olores imperceptibles por la humanidad, sin embargo, aunque el sudor sea inodoro, sí tiene sabor, y también es capaz de transmitir sensaciones que por nosotras mismas no somos conscientes.
El olor nos permite vivir
El olfato es un don y tiene más historia detrás que todo lo que podemos pensar. Nos permite detectar situaciones, identificándolas como peligrosas o como estables. Imagínate en un salón con personas que no tienen relación entre sí… podrías identificar los olores de sus desodorantes y perfumes y crear una historia alrededor de lo que percibes para describir sus vidas, sus aficiones e incluso qué han comido durante la semana. Esto tiene un porqué: nuestro cerebro activa la memoria cuando hacemos uso del olfato. Porque también a través del olfato podemos sentir, a lo que llamamos Aromacología (1989), es decir, la psicología del olor.
Nos permite vivir, y si conviviéramos en una sociedad en la que se nos permitiera conocer de primeras lo que hay delante, sin tener que buscar las trampitas que se nos pone en el camino, los perfumes con feromonas no existirían. En la industria de la cosmética se estudia cómo atraer más a través del olfato, y el uso de estas para atraer a las consumidoras está a la orden del día.
Incluso eso es una patraña que se nos ha metido entre ceja y ceja… Lo que de verdad nos atrae a las personas como sociedad es el olor de nuestros cuerpos, no los olores con esencias artificiales que suelen llevar los perfumes o desodorantes impregnados de tóxicos. A eso se le llama marketing, así juegan un papel importante, pues dependiendo de su olor comprarás o no.
Hay un mercado muy competitivo y no es nada fácil introducirse en la cosmética sin hacer uso de tóxicos y siendo conscientes de las personas y del planeta. Por eso el resto de marcas que tienen ya un recorrido con olores fáciles de reconocer tienen las de ganar.
Pero eso ya se está acabando, después de aprovecharse del desconocimiento social sobre los ingredientes que se consumen, por fin hemos abierto los ojos. Y como siempre, ¡hay alternativas saludables!
Empieza tu desintoxicación
Si estás buscando un desodorante natural, sin aluminio o aceites esenciales, que sea vegano y te proteja las 24h con la mejor calidad, te dejamos una lista para que tires HOY el tuyo a la basura:
Si tienes piel sensible te recomendamos nuestros top ventas: Silver Flow, Silver Touch y Silver Sea. Con ellos tendrás protección 24h e hidratación asegurada gracias a sus micro partículas de plata o las sales marinas del Mar Muerto.
Si quieres el mismo efecto, pero a tu piel no le hace falta ese extra de delicadeza, prueba So Fresh, So Pure, Soft Breeze o So Sweet. Todos tienen unos ingredientes 100% naturales potentes que te respaldan gracias a su gran eficacia contra las bacterias y la sudoración excesiva.
Puedes elegir si lo quieres en crema o en sólido, ninguno es mejor que otro, solo tienes que ver qué se adapta más a ti y qué olor te gusta más.
Además, si eliges el desodorante sólido tienes una promoción especial en la que puedes combinarlos como quieras y adquirir un aplicador para mejorar la experiencia.
Y, si te decantas por la opción en crema, tienes la posibilidad de reutilizar el envase, por lo que podrás comprar el refill de tu preferido cuando se te acabe sin tener que volver a comprarlo. ¡Consumir con valores nunca fue más fácil!
Autora: Nathalia Carrillo Jácome